domingo, 26 de julio de 2020

LA PIEDRA DEL PULPITO: MIRADOR Y LEYENDA





Recopilación y Narración de: PEDRO NEL PINEDA GOMEZ

Ah, ocurre que cuando yo era niño, estaba siempre rodeado de personas de mayor edad, que con dulces voces, las señoras, o vozarrones, los señores, se cruzaban chanzas, apodos, bromas, se reían, y contaban historias de lo ocurrido en Jericó, en sus veredas, en otros pueblos, en Santander, o en la quinta porra por donde ellos habían andado. Gente campesina, obreros, cocineras, los compadres y las comadres de papá y mamá, mis tías, mis tíos, en fín.

Y ayudándole a mi padre a cultivar papa en “Pozos negros” salió la leyenda de la Piedra del Púlpito. En esa época, desde que salíamos del pueblo el camino estaba rodeado por el monte grande, tupido y oscuro, con árboles de encenillo, amarillo, pino, aliso, y arbustos de toda clase que entretejían con líquenes, musgos y helechos, formaban figuras extrañas y eran lugar propicio para el hábitat de armadillos, lapas, guaches, conejos, zorros, faras, y aves, que por cualquier movimiento causaban un estrépito. Esto a un niño asustado como yo, le causaba tensión, miedo y ganas de no caminar más.  Disputándose la palabra, contaban doña Bertilde, don Wvaldino, Don Abdénago, El niño Israel y Cayetano, que esas tres piedras, dispuestas en forma de fogón que todos los días los habitantes del pueblo miramos como a Kilómetro y medio sobre la montaña más alta, no estuvieron desde el principio. Y que esas piedras al verlas de cerquita, tienen marcado el rastro del diablo que fue el que las puso allá. la piedra más grande es la que tiene la silla en la que el diablo se sentaba a descansar, y la otra tiene labrada la pata del diablo. 

Que pasó que esta zona estaba desierta, que por ahí nadie vivía, ni nadie trabajaba, solo habían venados y animales del monte, y por ahí ni Dios, siquiera llegaba. Entonces consideró el diablo que era el sitio bueno para fundar su casa, y con diablas y diablitas, y con diablos y diablitos, se dispuso a empezar a hacerla. Buscaron las piedras más grandes que son esas tres para ponerlas de base, y quedaron en fogón. Recolectaron más piedras, que tenían listas para seguir subiendo los muros.

Mientras tanto y sin que los diablos se dieran cuenta, los sacerdotes ordenaron trasladar la parroquia que funcionaba en Cheva, para el sitio Agua Fría, y trazaron la plaza y las calles con una yunta de bueyes, y ubicaron el sitio para la capilla, la casa cural y la casa para el gobierno. 

- Eso les rindió más que a los diablos - dijo Cayetano - y pusieron una campana, y cuando la hicieron sonar para que la gente fuera a misa, el diablo mayor se barajustó, y del colerón le dio una patada a los muros que habían hecho, y a botes se fue el pilón de piedras que quedaron desparramadas por la loma abajo; Ahí quedó la pata del diablo marcada en una piedra. 

- Después el mandingas se cargó el zurrón - dijo el niño Israel entre carcajadas - y pegó el brinco por el lado de La Porquera y al pasar por ahí, el zurrón se le rompió, y eso quedó ese reguerón de piedras grandes, ahí están y ni con máquinas la han podido mover, otro pedregal quedó sobre El Cocubal y La Estancia.

- Y el diablo se fue a hacer el púlpito en La Sierra Nevada de El Cocuy, Guicán y Chita.

Y entre el frío y el susto, me dejaron temblando !.... y ahora voy de vez en cuando al cerro, y allá unas piedras superpuestas le dan la forma a una silla rudimentaria, o al menos una grada, y en la otra piedra hay una figura que parece un pie, y hay piedras en reguero por un lado y otro de la loma.

Ah, y qué bonita vista: Desde allá se ve el paisaje de las Veredas El Chilcal, El Cocubal, La Ovejera y El Centro, Chita y otros municipios de Boyacá y Santander, y qué hermosa es la panorámica de Jericó que se toma desde allá, con las torres gemelas altas e imponentes del templo parroquial. 

martes, 7 de julio de 2020

CANAS





Con el paso de los años
desaparece por magia
el tinte de los cabellos;
es que la memoria lo absorbe
para colorear los recuerdos.

Y en esa piel arrugada
de una faz tan expresiva,
en ese rostro surcado de caminos
muchas experiencias que hay cautivas,
revelan un conflicto de destinos.


Esos cuerpos encorvados
que reflejan el cansancio
cargan bultos de vivencias.
Los pies como esmeriles en el piso
marcan huellas de experiencia.


-          Entre más canas, más ganas!
Mi espíritu siempre se entusiasma
mientras pueda viviré con energía
me honra que me llamen: viejo!
tengo planes para otra media vida.