sábado, 19 de diciembre de 2020

LOS MATACHINES

 


Brindo por FRANCISCO VARGAS!

brindo por su nostalgia navideña!

brindo por un icono fiestero

promotor de disfraces y comparsas 

que en novenas de aguinaldos, cada año

alegraba las tardes taciturnas de mi pueblo

y hacía reír con bailes y gracejos

al juez, al policía, al alcalde y al concejo,

a las muchachas expectantes o atrevidas,

a los niños que carentes de circos y de cine,

esperaban la hora vespertina

ansiosos de ver Los Matachines.

 

Y aparecía con caretas y trapos sobrepuestos

un combo de diablos y mancarrias,

los payasos y personajes que mostraban

la caricatura social de nuestra patria.

Todo el año pendiente con sus lentes

estaba Pachito al tanto haciendo sus libretos,

a quien diera papaya por sus actos o sus gestos

le figuraba comparsa, y rodeado por la gente

salían los cuadros de manera irreverente:

ya las reinas de belleza, deportistas y caudillos,

el telegrafista y el cartero, el cuchano y el gerente.

 

Porque Pacho si supo de aguinaldos.

Desde niño con su vocación de comediante

aprendió la tradición de nochebuena

moldear el barro y con papel hacer caretas.

Llegaban disfrazados de “madamas”

muchos otros bufones de vereda,

con sus cuadros de viejitos borrachines

del quince al veinticuatro hacíamos la novena.

Ya habían pasado con sus picardías

en casi medio siglo, otros bufones:

recuerdo a Héctor Vargas, Luis Rincón y don Penacho,

don Joselín y don Trino, personajes impulsores

Neptaly con su banda musical de Tibacuche

y todo el grupo de Runtanos alegrones,

Alfonso, Misael, Rubén, Luis, Arturo y Edilberto

don Ulloa y su venta de ilusiones,

Marquitos “Mirlo” infaltable voluntario,

Crispín, Javier y don Asdrubal,

con sus cómicas funciones.

Se vestían matachines de mil formas

hasta los burros salían con pantalones,

y los muchachos que metidos en la fiesta

completábamos la feria de emociones.

Muchas tardes de aguinaldo hubo corridas

con Humberto, don Pablo y su tambora,

con Javier y doña Irene, la silueta femenina

vimos la figura de un señor de baja talla

salía don Enrique a torear la vacaloca.

 

Me reclaman si no digo en mi reseña

que era función de las veredas cada día,

los sacerdotes listaban rosarieras

que salían con el pesebre y las posadas;

niños tiernos con túnica y bastones

encarnábamos a reyes y pastores.

El alcalde organizaba comitivas

los centranos esperaban con copas de aguardiente

y, don Pedro, don Carlos, don Alfredo

y don Humberto, con el conjunto, a dar la bienvenida.

Era un aguinaldo de fiesta y alegría

y entre ruidos y bullicio rezaban los devotos,

nos gustaba entonar los villancicos

a media noche la cuna se mecía.

Las mujeres hacendosas hacían los amasijos

los tamales, los mutes y la chicha.

Para los vagos, bailarines y bohemios,

era una parranda prolongada y sin medida.

 

Si me preguntan un disfraz, obra maestra

pa recordar esas fiestas de diciembre,

hay un recuerdo inolvidable de locura

cuando salieron dos aves con cresta y con copete

se enojaron señoritas y señoras y anunciaron

que nos daban pellizcos y hasta fuete

porque El Pacho sinvergüenza y atrevido,

se vistió de gallo pa echar “El polvorete”.


lunes, 2 de noviembre de 2020

EXHUMACIÓN

 




Frente a la tumba, después de algunos años

se cumple una misión de afecto y de respeto,

fue un ser querido al que amamos vivo

con su muerte vino un tiempo de llanto y desconsuelo.

 

Es una entrevista con la miseria humana

es inevitable el acontecer tremendo,

se abre la fosa con golpes de martillo

y en el fondo aparece amortajado un esqueleto.

 

Conmovidos los dolientes ante esta cruenta escena

con fe elevamos nuestra oración al cielo,

nuestra promesa de cuidar la vida

y a la hermana muerte, una venia de respeto.

 

Haga su trabajo Señor Sepulturero!

Con todo su temple para exhumar el cuerpo;

esos restos mortales que observamos

esos restos sí que encarnan sentimiento.

 

Es una imagen que prefiero no guardar en mi memoria

que no me causa ni traumas ni desvelos;

pesan más los recuerdos de su vida

que una caja con huesos descompuestos.

 

Tienen más volumen su sonrisa, sus abrazos

Si que tengo grabados sus consejos;

con alegría le recuerdo, que insistente

nos guiaba bondadoso con su ejemplo.

 

Es nuestra tarea, un deber de duelos

amorosamente sepultar sus restos,

consumió la parca la vanidad mundana

no su alma, que luchó por conquistar el cielo.

 

Es la exhumación una lección de vida

hay que vivir compartiendo con los nuestros;

pesan más los recuerdos de una vida

que una caja con huesos descompuestos.

miércoles, 28 de octubre de 2020

PIEDRAS QUE MARCAN EL PASO DE LA HISTORIA

 Conferencia: Breve reseña histórica de Jericó, en la celebración del aniversario 199 de la fundación de la Cabecera Municipal

 


Gracias por invitarme a conversar.

Es un día muy bonito, todas las personas muy atentas a celebrar un acto cívico, ya asistimos a la santa misa, damos gracias a Dios continuamente por un día más de vida, por el bienestar de nuestras familias y las personas que conocemos.

Estamos en un hermoso lugar, un hermoso municipio con aire puro, mucha naturaleza por todas las veredas, montañas, quebradas, cultivos productivos de alfalfa y labranzas, rocas muy vistosas, todo un marco de paisaje espectacular, pero lo mejor, rodeados de gente noble, amistosa, trabajadora, emprendedora, honesta, y con muchos otros valores.

Y en este contexto, a todas las personas les agrada conversar.  

Nuestra sociedad actual le da prioridad a los temas relacionados con los negocios, dinero e inversiones, artistas famosos, ídolos de la música, de las canciones que más está sonando en las redes sociales, las emisoras o en los programas especializados de televisión; Escuchamos con atención las noticias que motivan escándalos cuando hay violencia de por medio, o accidentes.

Con agrado hablamos de las grandes actuaciones de nuestros deportistas en el mundo: James Rodríguez, Falcao, Nairo Quintana, Esteban Chávez, Mariana Pajón y todos nuestros campeones. Y entre gustos, con la tolerancia que tenemos los jericoenses hay muchos asuntos que nos llaman la atención para conversar.

Y ya, muchos me están mirando con extrañeza, como preguntándose, ¿fue que don Pedro trajo los papeles que no eran para hoy, o se le cruzaron los cables?

Lo ideal es ubicarnos: aquí y ahora.

Así es que se producen los hechos históricos. Momentos así vivieron Los Laches hace más de ochocientos, novecientos o más de mil años, según las conclusiones que ha publicado el doctor en arqueología, Pablo Fernando Pérez Riaño, en su obra “Tiestos, textos y piedras sagradas”.   

La historia es dinámica, y no siempre somos conscientes de la trascendencia de nuestros hechos. Se nota más la indiferencia, en muchos casos le tenemos miedo a los compromisos.

Para quienes en el futuro quieran explorar nuestras actuaciones, les queda más fácil recoger las memorias, por los documentos que se firman, han mejorado las técnicas de archivo, hay muchas publicaciones en las Páginas web de las entidades oficiales, cada persona produce sus propias publicaciones en las cuentas de Facebook, twitter y demás redes sociales, se facilita más tomar fotografías y videos, y de una u otra forma van quedando los recuerdos.

Despegando en reverso en un viaje al pasado, muy cerca encontramos las fiestas celebradas los años anteriores para conmemorar los aniversarios de fundación de Jericó, como se evidencia en los videos que se están proyectando en la cuenta de Facebook de la Alcaldía, y ahí hallamos que muchos de ustedes han realizado comparsas y carrozas, se han preocupado por investigar y aprender muchos aspectos de la historia local, y son muchas las enseñanzas que nos han dejado con la “práctica pedagógica de aprender haciendo”.

Hay personas como yo que son curiosas y escudriñamos libros, nos fijamos en las piedras y monumentos, y preguntamos a las personas de mayor edad. Por ejemplo, me han preguntado quién fue el señor López Quevedo? Aunque nací a mediados del siglo pasado no lo conocí, y tengo que contarles lo que a mí me han contado don Pedro Quintero, don Alfredo Eslava, Don Carlos Cetina, y muchas personas mayores de mí, y son aspectos muy valiosos con los que se va armando una historia, en torno al nombre de un personaje que acompaña a los niños que se matriculan en la Institución Educativa desde preescolar.

Seguimos devolviendo los almanaques, y encontramos que hace diecinueve años, propusimos celebrar el aniversario 180 de la fundación de Jericó,  trabajamos por esa causa, continuamos año tras año, y aquí estamos juiciosos cada 28 de octubre realizando algún acto cívico.

Pero antes, como nosotros también fuimos jóvenes y también tuvimos 20 años, estando precisamente de dieciséis, dieciocho, o veintitrés años de edad, nos reunimos algunos muchachos y constituimos un grupo juvenil en la Parroquia y celebramos por primera vez el 28 de Octubre en 1984, cuando apenas teníamos dinero para tomarnos una gaseosa. Ahí estábamos, con Carlos Arturo Cuevas, Jairo Fuentes, Edilma Cely, Yamile Eslava, Nubia Fuentes, Orlando López Cuevas, Apolonio Castañeda, Pedro Alejandro Gómez Panqueva, Bayardo y Alvaro Arguello, Luis Edmundo Paredes y otros grandes líderes juveniles, cuya omisión al nombrarlos es involuntaria y obedece al paso de los años. Y sin tener nada de recursos, la fiesta fue muy hermosa, vinieron deportistas de Tasco a competir con los jóvenes de acá en ciclismo y baloncesto, y a compartir en presentaciones culturales. Esta idea de algunos muchachos del pueblo fue respaldada por familias generosas que nos colaboraron con camas para los visitantes, desayunos, botellas de leche, arrobas de papa, incluso ayudaron a cocinar. Otros nos dieron felicitaciones y muchos aplausos. Ahí se originó la celebración del 28 de octubre. Todo esto debido a que leímos una monografía escrita por el  historiador Ramón C. Correa, en la ciudad de Tunja.

Les propongo un ejercicio con ayuda de nuestra imaginación, porque a esta hora no podemos proyectar imágenes, pongamos a volar la memoria, los recuerdos y la fantasía.

Para ir más atrás, les propongo que hagamos un viaje de rapidez saltando de piedra en piedra, como cuando cruzamos un pantano. Aunque no podemos conversar con las piedras muchas de ellas nos cuentan historias.

Donde encontramos piedras…..

En la fachada del templo parroquial… Esa fachada está construida de piedras que fueron talladas en la cantera de La Cruz de San Pedro o El Cerro de las antenas, y como no había volquetas ni camiones, la cargaron desde allá en carretas haladas con bueyes, en convites realizados cuando era párroco el padre Obdulio María Medina antes de 1920, y uno de los líderes de ese trabajo fue don Elías Mejía Buitrago. La portada de piedra fue terminada el 4 de Junio de 1931, según un grabado que forma parte de la obra y que muestra una custodia con esa fecha, y el nombre del Padre  R. PEREZ. Preguntando a don Benedicto Vargas, nos contó que esa fecha corresponde a la construcción de la portada y las torres gemelas en su totalidad se terminaron de construir entre 1940 y 1945 siendo párrocos Mamerto Mojica y José Ezequiel Combariza.

Y aquí me acordé de Chaparro. Un personaje ambulante y cariñoso que venía por aquí, iba a Socotá, recibía alguna ayuda que pudiéramos ofrecerle, y hacía algún favor cuando le pedían.

Y decía: “Ole, cómo será un pueblo sin iglesia?

El se nos adelantó a imaginarse cómo sería nuestro pueblo sin la fachada de nuestro templo.

O sea que estas torres, las gemelas de Jericó, tienen aproximadamente 75  años.

 A comienzos del siglo pasado, el padre Joselyn Parada Leal, nacido en Cheva en 1864, fue párroco de Sogamoso, fundó el Colegio de Sugamuxi, ayudó a construir la catedral de San Martín de Tours, y realizó otras obras valiosas por lo que figura en la historia de esa ciudad.  

Otra piedra: Está en el Salón Cultural, y dice algo así como: “Los niños de la Escuela Urbana de Barones le rinden homenaje al libertador Simón Bolívar al cumplirse el centenario de su muerte. Diciembre 17 de 1930.” De ahí concluimos que en ese año había una sola escuela para los niños, y otra para las niñas en todo el municipio, con profesores que imponían una pedagogía a base de castigos y exigencias bastante fuertes. 

Dónde hay más piedras que cuenten historias? En la portada de la Casa Municipal, hay una inscripción que dice: CASA MUNICIPAL - 20 DE JULIO DE 1888. Esa fue la fecha de terminación de la edificación donde funciona la Alcaldía. Haciendo cuentas, de esto hace 132 años.

Y allí en el parque hay unas piedras con las cuales el señor alcalde, Carlos Arturo Cuevas, en el año 2003, mandó hacer un monumento, con el mapa de Jericó y un águila en la parte superior; son piedras de molino y de trapiche, que seguramente sirvieron para elaborar harina y miel, y que tienen algo más de un siglo, aunque no podemos precisar esas fechas.

Aquí muy cerca, en la piedra que está en medio de las banderas, hay una inscripción muy importante que dice: “Paso del Libertador - Noviembre 17 de 1822”. Según esa piedra, Jericó apenas tenía un año en el proceso de construcción, apenas existiría una pequeña capilla de piedra y techo de pajas y muy pocos bohíos en este terreno llamado “Agua Fría”, que donó el señor José Antonio Hernández. Recordemos que el acta de traslado de la Parroquia se firmó en Cheva el 28 de Octubre de 1821, y los recuentos históricos dicen que el párroco doctor FRANCISCO ANTONIO CARRILLO puso tanto empeño en la nueva fundación, que en Abril de 1822, ya estaba en servicio la nueva capilla.       

Y de ahí hacia atrás, hay testimonios líticos por todas partes, en los caminos de herradura, en las casonas, en el Oratorio, y le dan el nombre a muchas fincas y sectores, como “La piedra Resbalada”, por el camino del Chilcal, “La piedra del águila”, “la piedra ancha” en la Ovejera, “piedra parada” y muchas otras que tradicionalmente usamos como como referencia.

Unos años más atrás, nos encontramos la Fundación Hispánica de Cheva, el 20 de Enero de 1602, realizada por el párroco doctor ANDRES RODRIGUEZ, hace ya 418 años, un día después de la fundación hispánica de Socotá.

Y retornamos a referenciar más piedras:

El etno-historiador Pablo Fernando Pérez, reseña en su obra, los menhires que son piedras alargadas que en sí mismas son monumentos, siendo la más visible, una piedra parada que está en el sector El Cerezal en la vereda El Cocubal, y muchas otras que se han caído y las han utilizado nuestros paisanos de generaciones atrás para hacer puentes, tomas de regadío, cimientos de casas, mojones, o simplemente están enterradas. Hay muchos menhires en Pueblo Viejo, en la parte alta de la Estancia, en el Juncal, y Bácota. Estas piedras sagradas fueron usadas por los indígenas del pueblo lache, para sus estudios de astronomía, y colocar referencia en el territorio o para hacer sus cultos.

También se referencia “la piedra de don Juan” en la Vereda de Bácota, muy cerca de la Loma del Mercado, que era un sitio que tenían los Laches para hacer intercambio de productos con los de Sátiva, Chusvitá y Guáquira. Miren nada más, ellos también tenían su plaza de mercado.

Y entonces podemos hablar de los tres pueblos indígenas anteriores a la conquista, Ura, Chiva o cheva y Ogamora, y de los vestigios que se han hallado sepultados en ollas de barro, con algunos instrumentos de piedra con forma de cuchillos, hachas, rumbadores, encontrados en enterramientos con momias, esqueletos y restos humanos, algunos con antigüedad de más de mil años. Así mismo se ha referenciado una piedra con pintura rupestre, en la finca El Cucharo de la Vereda de Bácota, muy cerca de la loma del Mercado.

Yo creo que esos pueblos hubieran podido desarrollarse sin que se hubieran realizado esos hechos violentos del descubrimiento y la conquista, que fueron en verdad una invasión de los españoles.

Todo este paseo histórico, está consignado en la página web del municipio, y cada cuatro años se hace un resumen en el Plan de Desarrollo, y está en obras que se hallan en las bibliotecas.

Cómo se han sentido, saltando de piedra en piedra?

Se acabó el paseo.

Y… ahora sí, me doy cuenta que comencé a leer esta conferencia de atrás hacia adelante.

 

Presento un saludo respetuoso a la Señora MAYERLY BAEZ MERCHAN, Alcaldesa del Municipio de Jericó.

Al Señor José Arcenio Avendaño González, Gestor Social.

Al padre Leonel Guauque, Párroco de Jericó

A los Señores Secretarios de Despacho y funcionarios de la Administración Municipal.

Al Señor Presidente del Honorable Concejo Municipal, y los honorables concejales.

A los Señores Directivos, docentes y administrativos de la Institución Educativa Técnica López Quevedo.

A la Doctora Sharleen Cuervo, el personal científico y demás trabajadores de la Ese Centro de Salud Nuestra Señora de la Natividad.

Al señor Sub intendente, Luis Carlos Valderrama, Comandante de la Estación de Policía y demás integrantes de la Institución.

A la doctora Gina y los funcionarios del Juzgado Promiscuo Municipal.

Al señor Registrador y todos los funcionarios de las Instituciones del orden Municipal, Departamental y Nacional.

Y a toda la Comunidad de Jericó.

Muchas gracias por estar aquí para rendir este gran homenaje a Jericó, al cumplir 199 años de fundación.

Les pido a todos seguir orando con devoción para que Dios nos de licencia de encontrarnos dentro de un año a celebrar el bicentenario, ojalá con la presencia de muchos jericoenses, los residentes en esta localidad y quienes viven en otros lugares del país. Ojalá podamos organizar con la debida anticipación el desfile de carrozas, el Concurso Nacional de Música Carranguera o Campesina El Lache de Oro, todos los demás eventos y hacer una buena campaña publicitaria a nivel nacional.

Invito a los jóvenes a vincularse a esta celebración, sacando a relucir su creatividad, a embellecer el pueblo, a estudiar y difundir la historia, a expresar y demostrar su sentido de pertenencia.   

Les agradezco a quienes valoran mi curiosidad por la literatura y la historia y estoy disponible para escuchar relatos de la tradición oral, y si se puede escribirlos.

Gracias por invitarme a conversar.

 

Soy Pedro Nel Pineda Gómez

Miembro de la Asociación de Escritores Boyacenses.

domingo, 4 de octubre de 2020

VIEJO ARTISTA DE MI PUEBLO


La bohemia le ha dejado secuelas de nostalgia

Sus ojos taciturnos y brillantes de ansiedad

La piel de su rostro surcada por muchos pentagramas

Y a flor de labio una nota por cantar;

 

Sé cuánto sabe, que su mente es un concierto

Que ya las circunstancias no me dejan escuchar.

Pesan mucho las frustradas ilusiones

Y esquivos trofeos que no pudo alcanzar.

 

El viejo artista reclama ser oído

El viejo artista está temblando de ansiedad….

Rasga con la mano las cuerdas congeladas

Y la voz se impone con potente claridad.

 

Reclama melancólico y sentido

Por qué a los archivos mandamos el folclor:

“Ya mi guitarra se llenó de olvido

Ya no hay quien escuche y aplauda mi canción”.

 

Y así el artista, ese artista de mi pueblo

Sigue su lucha y se llena de valor;

Una melodía le aflora en cada nervio

Y se transforma en una lágrima de amor.

 

Romperá los tiempos, pasará al futuro

Y magnéticos el aire y las nubes lo recordarán;

Vencerá la muerte, cantarán los muros,

Sus vibraciones por siempre se oirán.

 

Al final del tiempo, al sucumbir ante la muerte,

Se apagarán las voces de su cuerpo material;

Pero nadie puede sepultar el arte

Seguiremos escuchando su voz angelical.

domingo, 26 de julio de 2020

LA PIEDRA DEL PULPITO: MIRADOR Y LEYENDA





Recopilación y Narración de: PEDRO NEL PINEDA GOMEZ

Ah, ocurre que cuando yo era niño, estaba siempre rodeado de personas de mayor edad, que con dulces voces, las señoras, o vozarrones, los señores, se cruzaban chanzas, apodos, bromas, se reían, y contaban historias de lo ocurrido en Jericó, en sus veredas, en otros pueblos, en Santander, o en la quinta porra por donde ellos habían andado. Gente campesina, obreros, cocineras, los compadres y las comadres de papá y mamá, mis tías, mis tíos, en fín.

Y ayudándole a mi padre a cultivar papa en “Pozos negros” salió la leyenda de la Piedra del Púlpito. En esa época, desde que salíamos del pueblo el camino estaba rodeado por el monte grande, tupido y oscuro, con árboles de encenillo, amarillo, pino, aliso, y arbustos de toda clase que entretejían con líquenes, musgos y helechos, formaban figuras extrañas y eran lugar propicio para el hábitat de armadillos, lapas, guaches, conejos, zorros, faras, y aves, que por cualquier movimiento causaban un estrépito. Esto a un niño asustado como yo, le causaba tensión, miedo y ganas de no caminar más.  Disputándose la palabra, contaban doña Bertilde, don Wvaldino, Don Abdénago, El niño Israel y Cayetano, que esas tres piedras, dispuestas en forma de fogón que todos los días los habitantes del pueblo miramos como a Kilómetro y medio sobre la montaña más alta, no estuvieron desde el principio. Y que esas piedras al verlas de cerquita, tienen marcado el rastro del diablo que fue el que las puso allá. la piedra más grande es la que tiene la silla en la que el diablo se sentaba a descansar, y la otra tiene labrada la pata del diablo. 

Que pasó que esta zona estaba desierta, que por ahí nadie vivía, ni nadie trabajaba, solo habían venados y animales del monte, y por ahí ni Dios, siquiera llegaba. Entonces consideró el diablo que era el sitio bueno para fundar su casa, y con diablas y diablitas, y con diablos y diablitos, se dispuso a empezar a hacerla. Buscaron las piedras más grandes que son esas tres para ponerlas de base, y quedaron en fogón. Recolectaron más piedras, que tenían listas para seguir subiendo los muros.

Mientras tanto y sin que los diablos se dieran cuenta, los sacerdotes ordenaron trasladar la parroquia que funcionaba en Cheva, para el sitio Agua Fría, y trazaron la plaza y las calles con una yunta de bueyes, y ubicaron el sitio para la capilla, la casa cural y la casa para el gobierno. 

- Eso les rindió más que a los diablos - dijo Cayetano - y pusieron una campana, y cuando la hicieron sonar para que la gente fuera a misa, el diablo mayor se barajustó, y del colerón le dio una patada a los muros que habían hecho, y a botes se fue el pilón de piedras que quedaron desparramadas por la loma abajo; Ahí quedó la pata del diablo marcada en una piedra. 

- Después el mandingas se cargó el zurrón - dijo el niño Israel entre carcajadas - y pegó el brinco por el lado de La Porquera y al pasar por ahí, el zurrón se le rompió, y eso quedó ese reguerón de piedras grandes, ahí están y ni con máquinas la han podido mover, otro pedregal quedó sobre El Cocubal y La Estancia.

- Y el diablo se fue a hacer el púlpito en La Sierra Nevada de El Cocuy, Guicán y Chita.

Y entre el frío y el susto, me dejaron temblando !.... y ahora voy de vez en cuando al cerro, y allá unas piedras superpuestas le dan la forma a una silla rudimentaria, o al menos una grada, y en la otra piedra hay una figura que parece un pie, y hay piedras en reguero por un lado y otro de la loma.

Ah, y qué bonita vista: Desde allá se ve el paisaje de las Veredas El Chilcal, El Cocubal, La Ovejera y El Centro, Chita y otros municipios de Boyacá y Santander, y qué hermosa es la panorámica de Jericó que se toma desde allá, con las torres gemelas altas e imponentes del templo parroquial. 

martes, 7 de julio de 2020

CANAS





Con el paso de los años
desaparece por magia
el tinte de los cabellos;
es que la memoria lo absorbe
para colorear los recuerdos.

Y en esa piel arrugada
de una faz tan expresiva,
en ese rostro surcado de caminos
muchas experiencias que hay cautivas,
revelan un conflicto de destinos.


Esos cuerpos encorvados
que reflejan el cansancio
cargan bultos de vivencias.
Los pies como esmeriles en el piso
marcan huellas de experiencia.


-          Entre más canas, más ganas!
Mi espíritu siempre se entusiasma
mientras pueda viviré con energía
me honra que me llamen: viejo!
tengo planes para otra media vida.
 


domingo, 21 de junio de 2020

A LA MEMORIA DE MI PADRE


Postrado ante Dios en este nuevo día

Le agradezco el milagro de la vida,

Es por su obra que estoy en este tiempo

Por su designio me regaló mis padres

Con tres hermanas, en un hogar modesto;

Nos formaron en la fe y en la doctrina

Nos educaron para seguir su buen ejemplo.

 

Fue nuestro padre un señor, un buen ser humano

En esencia un humilde campesino

Que se esforzó para darnos pan y techo

Y nos quiso construir futuro digno.

Todo un experto al cultivar el campo

Observador del tiempo y de sus signos

Con su fuerza superaba adversidades

Y con sus pasos dio brillo a los caminos.

 

Fue un artista que sus obras dibujó con el arado

Coloreo el paisaje plantando sus semillas,

La naturaleza les puso la lluvia, el sol y el aire

Preciosos tonos les dio la clorofila;

Al madurar los frutos brillaron como el oro

Y retornaba cada ciclo de cosecha a su rutina.

 

Me enseñó las letras, fue el mejor de mis maestros

Los útiles compró y me llevó a la escuela,

Sabía aritmética, sabía de ortografía,

Estaba presto a ayudarme en las tareas;

Lecturas de fábulas y cuentos compartía,

En coplas y leyendas vi su alma de poeta.

 

Con dotes de músico el tiple acariciaba

Disfrutaba la radio con las nuevas melodías

Y silvando con la brisa y los pájaros silvestres

Adornaba el espacio con hermosa sinfonía.

Se mostró arrepentido algunas veces

Al hablar de los errores de su vida

Insistiendo en la paz y la prudencia

Como pilar de convivencia y armonía. 

Con revistas y plegable nos mostraba

Que la patria es pedestal de gran respeto;

Admiraba personajes, oía los noticieros

 Me enseñó pasajes de la historia de Dios y de mi pueblo.

Tenía fotografías de sus viajes y aventuras

En un álbum que guardaba con recelo

En el viejo baúl de sus recuerdos.

 

Conforme a los recursos que tuvo disponibles

Actuó además como un guía de turismo

Nos llevó a conocer templos, parques y ciudades

Y con historias referenciaba los caminos

De nuestro entorno recorrimos los parajes

Y aprendimos a ubicar y respetar cada vecino.

 

Con nostalgia y amor a mi papá recuerdo

Y hoy trato de plasmar sus cualidades…

En estos versos francos y sencillos

Muchos verán la figura de sus padres

Con gratitud, y mil acciones de respeto

Sentirán que es homenaje colectivo.

 

Y así con sufrimiento, con su ejemplo y con su vida

Dejó marcado con fe nuestro camino.

La vida sigue, y como el ciclo de cultivos

Comparto el hogar con la mejor esposa

Y soy papá de los mejores hijos.

 Mando un abrazo, que quiero, llegue al cielo

Para ese ángel que descansa y que no olvido.

    

FELIZ DIA DEL PADRE!


miércoles, 17 de junio de 2020

DEL CONCIERTO AL DESCONCIERTO



 Relato anecdótico.

Los campesinos y los artistas del municipio ya tenían agendadas en el calendario cada año, algunas actividades culturales en las que estaban llamados a participar. Tales eran: las tardes de aguinaldo, la fiesta del campesino, el día de la madre, las fiestas patrias que tenían gran realce y los bazares que se organizaban en el área urbana y las veredas.

Finalizaba la década de los setenta. Muchos jóvenes que habían emigrado, volvían con alegría en estas ocasiones llevando sus nuevas prendas adquiridas, grabadoras, discos o cassettes con las últimas tendencias musicales, algunos billetes en el bolsillo y un cargamento de abrazos para sus amigos y las chicas que volverían a ver después de algún tiempo.

En esa ocasión, se celebraba la Fiesta del Campesino. Recuerdo que el padre Juan celebró una misa campal, desde una tarima de aproximadamente seis metros cuadrados que hicieron en el corredor de la casa cural, a una altura aparente de un metro con cincuenta centímetros.

No fue fácil armar ese escenario porque se carecía de materiales: sobre soportes de madera amarrados con lazos y rejos, colocaron unas hojas de tapial. (Estas eran placas de tablas apuntilladas resistentes que servían para construir las paredes de tierra o de tapia pisada). Instalaron el viejo amplificador de tubos de La Parroquia o de la Alcaldía, un micrófono pesado que podía usarse con o sin base, algunas cornetas y el resto era buen ambiente y buena voluntad.

Hubo discursos y aplausos dentro de un programa cultural en el que los protagonistas fueron los mismos campesinos. Por alguna esquina aparecieron Los Hermanos Martínez con sus instrumentos, dieron una ronda corta y se fueron a buscar sombra en la tienda de Pachito, a afinar las cuerdas y tomarse unas cervezas para preparar la garganta. Tras ellos se fue todo un combo de ansiosos fans que gustaban de su repertorio.

La llegada de los Martínez a Cheva o a Jericó, no pasaba desapercibida porque se admiraba su calidad de interpretación en géneros musicales contemporáneos de Colombia, por eso los maestros de los conjuntos locales querían integrarse con ellos largos ratos para compartir su sabiduría y su destreza. Igualmente se contaba con ellos para serenatas y veladas.

En la tarima, hubo sainetes, coplas cómicas a montón y dirigidas para la ocasión, conjuntos musicales de las veredas, El Conjunto del Centro, niños que declamaban y grupos de danzas a los que teníamos que abrirles espacio en la calle pavimentada, porque el escenario era insuficiente. Ufff! En esa época, había mucha participación, espontaneidad y talento.

En la tienda de Pachito el ensayo seguía. Solamente interfería el sonido de la cerveza al ser destapada. Se les ocurrió agrandar el grupo: llegaron más instrumentos de cuerda, guacharacas, maracas o capachos y Pacho para hacerse parte no consiguió más que una botella de vidrio vacía y llevaba el ritmo percutor con un destapador metálico.

Y bueno… llegó el momento…

-          Vámonos güevones, que ya nos corresponde el turno.

Estaba bonita la función, y yo estaba con los niños de similar edad en primera fila. Anunciaron a Los Hermanos Martínez y cuando subieron a la tarima, ésta se quedó pequeña para tanto artista. Eduardo, Joaquín, Julio y muchos más, y en un extremo, Pacho con sus gruesos lentes, con el destapador y la botella, con su rostro alegre y chapiado, que revelaba algún grado de inestabilidad por las cervezas consumidas.

Interpretaron un vallenato punteado en guitarra y recibieron los aplausos del público y bajo ellos chirriaba la armazón de palos. Por supuesto que los músicos se agitaban rítmicamente. Anunciaron la siguiente canción, estimularon al público que saliera a bailar y el alcalde y sus empleados brindaban copas de aguardiente. Sin lugar a dudas la presentación de los hermanos Martínez subió el estado de ánimo.

Inesperadamente se cayó la tarima. Crujieron las tablas, de un tiple saltaron astillas, se oyó el golpe sordo de cuerpos pesados contra el piso, unos sobre otros procuraban levantarse en medio de quejidos y exclamaciones y algunas risas en el público. En medio del polvero levantaron unas guitarras ilesas, muy cerca a donde estábamos los niños asustados. Vimos a Pacho que estirado en el suelo pareció más grande. Apenas se sintió en el aire, las gafas volaron, agitó la mano pero no soltó el frasco y al caer lo estrelló sobre el baldosín de colores, salieron pedazos de vidrio en todas las direcciones.

Algunos comenzaron a incorporarse entre las tablas desordenadas, otros seguían en el piso. En medio del caos, Pacho se levantó, sacudió la cabeza, y con una expresión facial que aún revelaba la sorpresa del accidente y sin preguntarse cómo estaban los compañeros del conjunto me vio y dijo:

-          Pedrito, vaya ligero… dígale a mi mamá que me mande otra botella!


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Derechos Reservados Copyright © 2020
Pedro Nel Pineda Gómez.


Imagen: De la Internet


martes, 16 de junio de 2020

MORIR DE PIE


Erguido está a la orilla del camino
Un sólido cuerpo de marfil envejecido
Extendiendo abrazos a la brisa fría
Robusto tronco con antenas al olvido.

Raíces muertas sostienen su esqueleto
Es un cadáver forestal erguido
Que contrasta con el prado ahora verde
Que contrasta con el piso vivo.
  
No cuesta imaginarme sus frondosas ramas
Que fueron soporte de variados nidos
Que dieron sombra a muchos caminantes
Que fue el refugio de tantos peregrinos.

Cuántos actos de amor, odios o agravios
De nuestra historia él sería testigo?
El viento seco le robó las ramas
Y la neblina le talló el vestido.

Con los años que han pasado y sigue firme
Como un vigía a la orilla del camino
Con muchos recuerdos enredados en los brazos
Un héroe centenario que venció al destino.

Ya quisiera ser como ese árbol juncalero
Que fue esquivo a la sierra y al cuchillo
Que sostuvo arriba sus brazos, sus banderas
Para no ser leña del fogón vecino.

Ya quisiera ser como ese árbol jericoense
Que al futuro desafía con necróticos tejidos
Sin arriar las banderas, sin dejar la lucha
Y morir de pie a la orilla del camino.


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Derechos Reservados Copyright © 2020
Pedro Nel Pineda Gómez.


Fotografía: Palo Seco Vereda Juncal, Jericó
Archivo personal.

UN FALSO EN EL BAZAR



Sub - genero: Cuento


El tambor interrumpió el bullicio del mercado en la esquina de la Alcaldía, y de inmediato dejaron de comprar los chocatos de capellada blanca y el fique en manojos en el puesto de don Trino, la sal donde doña Leonilde, las anilinas y las agujas a los cuchanos sativeños, y todos se pusieron alerta ante el anuncio, pues ese ritmo marcaba una señal ya establecida.- Va a comenzar el bando.
Y se fueron agolpando frente al balcón de la Alcaldía donde el comisario terminaba el toque del tambor con un golpe seco.- Va a haber bando, ya ta el primero.
Unos minutos después el comisario volvió a tocar el tambor y remató con dos golpes secos, indicando que era el segundo anuncio y la escena se repitió para dar el tercero. Ya era una multitud la que se agolpaba frente al balcón, salió gente que estaba tomando cerveza en las tiendas, los que compraban el mercado junto con los dueños de los negocios y las mujeres que hacían el almuerzo hasta con el delantal puesto. Qué cuadro tan armonioso, era ver a las preciosas mujeres con sombrero y alpargates blancos, vestidas con camisa blanca y falda negra bajo el pañolón. Parecía que las nubes blancas que pasaban hubieran arrojado pequeños copos entre los hombres que se plantaban con sombrero negro. Al fondo los toldos se izaban como banderas a la paz.
Apareció el alcalde en la baranda y su voz espantó un mal pensamiento que se escondía tras la sonrisa de una muchacha que se ruborizó. El alcalde comenzó a dar los anuncios a garganta viva, sin utilizar ninguna clase de amplificadores, aunque ya habían comprado un equipo de tubos al vacío, estaba dañado.- Lo primero que les anuncio es que está prohibida la venta de aguardiente rastrojero o mataburros y también los sacatines o alambiques. A las personas que no hagan caso de estas órdenes se les sacará multa de veinte a cincuenta pesos, o serán castigados con jornales en las obras del pueblo, a razón de cinco pesos por cada día.
Siguió dando los avisos el señor alcalde, citando a mandatos para el arreglo de los caminos de herradura y las tomas de regadío, nombrando los capataces para cada sitio, y dijo que todos los usuarios deberían acudir cuando oyeran el cacho.- Y por último les comunico que la junta proconstrucción de la Escuela del Matorral organizó un bazar para el domingo, de mañana en ocho días, pa recolectar fondos pa empezar la obra. Habrá música de la murga de Pantano Largo, allá están alistando para venderles mute, cordero asado, papas chorriadas, chicha, cerveza y otros licores permitidos. El señor cura va a celebrar la misa a las nueve de la mañana y también se va a hacer un reinado. Todo esto se hará en el lote que ya tienen para hacer la escuela de ese sector. - y así después de casi media hora, se acabó el bando, y todos volvieron a sus actividades del mercado sabatino.
Entre el público estaban don Alfredo, don Julio, don Ariosto y algunas de las mujeres, que se dijeron, ahora si fue, ya ta anunciao. Esa semana comenzó el trajín escogiendo las candidatas al reinado, las gitanas que cobrarían por cada baile con los señores del público; la compra del cordero, la cerveza, los tabacos y los cigarrillos, la gaseosa, los dulces, la elaboración de la chicha, los juegos como la ruleta, el tejo, el bolo criollo. Apenas había gente en el sector para atender tantas actividades, y todos con mucho entusiasmo por la construcción de su escuela. Consideraban las personas de la comunidad que les quedaban muy lejos las escuelas del centro y de los sectores aledaños, ya que sus niños tenían que caminar hasta una hora para llegar a estudiar. Llegó el día del bazar, fue mucha concurrencia, el alcalde y el tesorero del municipio, el secretario, el personero, tres policías, el sacerdote que celebró la misa, y gente, harta gente que llegó a la fiesta.Salieron a bailar el tres con torbellino y coplas: ante la mirada picarona de Alfredo, doña Vibiana subió la voz para cantar:

- Yo soy la media naranja
Yo soy la naranja entera 
Yo soy muchacha bonita 
Pero no para cualquera. 

Y don Alfredo con su gesto de picardía:
- La piedra que tanto rueda
No sirve para cimiento 
la mujer que coquetea 
No sirve pa casamiento.

Casi no acaban echando coplas, cantando y bailando con los aplausos y la bulla del público. Después la murga tocó pasillos, joropos, merengues y de todo y casi a la media noche se acabó la fiesta.Al otro día, con la resaca por el consumo de licor, se reunieron para hacer las cuentas, juntaron la plata de las ventas y sacaron las cuentas del envase roto y el que se llevaron, las pérdidas y ganancias. Dijo don Alfredo con mucha ilusión: “Nos ganamos cien pesos!”Eso fue objeto de alegría y celebración. Y se vino el alegato de en qué gastarían la plata de las ganancias. Unos que comprar teja, otros que no porque todavía no había empezado a hacer las bases, otros decían que contratar el maestro para empezar a hacer la escuela con tapia pisada… La pelea que no hubo cuando estaban borrachos, casi se da por la inversión de los cien pesos. Después de todo no quedaron en nada.Al otro día don Alfredo, don Julio, don Ariosto, doña Etelvina, doña Rosa, se fueron para el pueblo a pagar la cerveza que habían sacado fiada. El Tesorero sacó la plata para pagar y el comerciante que vendió la cerveza cuando la recibió les dijo:- Este billete de cien pesos está falso, miren el color – y siguió argumentando que el papel delgado, que los números todos raros.

Pasaron el billete a otros comerciantes y todos dijeron lo mismo. El billete es falso. Y tenía que ser de cien, de la más alta denominación. “Las ganancias, - dijo Alfredo - qué cosa tan güevona, perdimos el tiempo!... Al final entre culpas y reniegos reunidos todos en el sector, quedaron de acuerdo que tenían que insistir, seguir trabajando porque al fin tendrían que hacer la escuela para los niños.

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Derechos Reservados Copyright © 2020
Pedro Nel Pineda Gómez.


FotografíaMercado Público Esquina del Bando. 
Jericó Boyacá, 1955
Álbum familiar.