Frente a la tumba, después de algunos años
se cumple una misión de afecto y de
respeto,
fue un ser querido al que amamos vivo
con su muerte vino un tiempo de llanto y
desconsuelo.
Es una entrevista con la miseria humana
es inevitable el acontecer tremendo,
se abre la fosa con golpes de martillo
y en el fondo aparece amortajado un
esqueleto.
Conmovidos los dolientes ante esta cruenta
escena
con fe elevamos nuestra oración al cielo,
nuestra promesa de cuidar la vida
y a la hermana muerte, una venia de
respeto.
Haga su trabajo Señor Sepulturero!
Con todo su temple para exhumar el cuerpo;
esos restos mortales que observamos
esos restos sí que encarnan sentimiento.
Es una imagen que prefiero no guardar en mi
memoria
que no me causa ni traumas ni desvelos;
pesan más los recuerdos de su vida
que una caja con huesos descompuestos.
Tienen más volumen su sonrisa, sus abrazos
Si que tengo grabados sus consejos;
con alegría le recuerdo, que insistente
nos guiaba bondadoso con su ejemplo.
Es nuestra tarea, un deber de duelos
amorosamente sepultar sus restos,
consumió la parca la vanidad mundana
no su alma, que luchó por conquistar el
cielo.
Es la exhumación una lección de vida
hay que vivir compartiendo con los
nuestros;
pesan más los recuerdos de una vida
que una caja con huesos descompuestos.