Emergen del seno de la tierra
silencios elocuentes
de almas masacradas
quejidos y
gritos de protesta que hacen eco
en el pueblo,
en las rocas y cascadas;
es un coro
de cantos y poemas por la paz
contra los
tiranos que tienen la vida amenazada.
Desde el
apacible campo boyacense
que el sudor
de campesinos fertiliza
tierna gama
de verdes en retazos
con polen, aromas,
frutas y hortalizas
lanzamos estas
voces solidarias
y respaldamos
el pacto por la vida.
Que no se
atente contra líderes sociales,
que no se
les impida expresar sus opiniones,
que se nos
permita ejercer nuestros derechos
que se
apague la detonación de los cañones,
que se
garantice el derecho a ejercer la democracia
para elegir gobernantes
sin miedos ni presiones.
Es el
momento de unir la fuerza de los débiles,
de los obreros
y las mujeres campesinas
los empresarios, los artistas, conductores y mineros
los docentes, deportistas y madres de familia.
Es tarea de
los escritores, poetas y cantores
seguir
elevando pregones por la vida.