
Sus ojos taciturnos
y brillantes de ansiedad
La piel de su
rostro surcada por muchos pentagramas
Y a flor de labio
una nota por cantar;
Sé cuánto sabe, que
su mente es un concierto
Que ya las
circunstancias no me dejan escuchar.
Pesan mucho las
frustradas ilusiones
Y esquivos trofeos
que no pudo alcanzar.
El viejo artista
reclama ser oído
El viejo artista
está temblando de ansiedad….
Rasga con la mano
las cuerdas congeladas
Y la voz se impone
con potente claridad.
Reclama melancólico
y sentido
Por qué a los
archivos mandamos el folclor:
“Ya mi guitarra se
llenó de olvido
Ya no hay quien
escuche y aplauda mi canción”.
Y así el artista,
ese artista de mi pueblo
Sigue su lucha y se
llena de valor;
Una melodía le
aflora en cada nervio
Y se transforma en
una lágrima de amor.
Romperá los
tiempos, pasará al futuro
Y magnéticos el
aire y las nubes lo recordarán;
Vencerá la muerte,
cantarán los muros,
Sus vibraciones por
siempre se oirán.
Al final del
tiempo, al sucumbir ante la muerte,
Se apagarán las
voces de su cuerpo material;
Pero nadie puede
sepultar el arte
Seguiremos
escuchando su voz angelical.
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